Carta al periodismo


A quién corresponda:

Llegué a pensar que éramos el uno para el otro, me doy cuenta que me he equivocado. Hoy al leerte y ver que escribes tantas mentiras, vi lo que realmente eres y nunca terminaran de salir de ti tantas palabras creadas llenas de control, me dolió, pero también me abrió los ojos para ver que no nos entendemos.
Traté de ser sincero contigo y no te importó, solamente me viste como el inmaduro que no acepta las versiones oficiales de la vida y no está listo para una relación como la que planteas. Traté de sugerirte y me viste como el novato que debe aprender a controlar su información
Hoy te digo y escribo la verdad porque me doy cuenta que juntos pudimos lograr la libertad del pensamiento, no la de expresión pues lamentablemente me has demostrado que no existe; pudimos opinar con honestidad y no decir cosas que no pasaron, no me voy triste, me voy contento para hacer lo que me gusta. 
Algunas veces me pedías escribir tus versiones porque según esa es la línea que debo seguir, hoy me doy cuenta que no quiero seguir mintiendo para ti, todos dicen que eres lo mejor, que tu sueldo es competitivo y contigo llegaré a ser mejor persona, yo sé que no es verdad.  
Las líneas que te escribo las he pensado mucho por toda la ética que tengo y al percatarme de la vil mentira que eres reflexioné y entendí que no quieres que escriba cosas honestas. Te pedí que hiciéramos investigación que profundizáramos en el tema y que nos divirtiéramos diciendo la verdad -sin  importar los gustos del otro, o el mercado de control que tanto defiendes y al que no le importa la información verdadera-. 
Me hubiera gustado saber tu opinión y sacar conclusiones que nos ayuden a mejorar, ojalá en el futuro me puedas aclarar por qué montaste tanto espectáculo para defender los intereses de algunos con argumentos falsos; no te los pido en este momento porque sé que no los tienes y vives sumergido en la actuación.
Si te dije que no quiero estar con alguien que quiera salir con otros, es la verdad, no lo quiero, sería prostituir mi intelecto y pasarlo de un lado a otro hasta que a ti te haga feliz, el vacío de mi ética alcanzaría la podredumbre y entonces terminaría siendo un buen reportero –no lo pongo con comillas porque realmente crees que sería así y eso es lo triste-. Si te molestó tanto que tratara de decir la verdad no sé que puedo hacer, no veo la necesidad de ir a lugares en los que tenga que sacar declaraciones sin sentido que no dan información, mucho menos ocultarla y hacerla parecer que existe.
Lo que quieres me confunde y más cuando no quieres explicarme nada.
Siento que incluso me deseas más cuando hago el trabajo sucio para ti: como decir que existen fuentes que no hay, o cuando me exiges la foto creada que no existe y debo llevártela montando un escenario.  
Cualquier persona con la que salgas no me importa, sé que eres un modelo gringo  y no te respetas. Lo triste es que tu y muchos más proclaman su estilo mexicano.
Pensaras que es ilógico que me ponga a decirte cuánto te ha dado mi vida en esta relación, quizá lo sea; te pido que entiendas que ningún medio me someterá a tus reglas o las reglas de la esclavitud que tanto proclamas. 
En algún momento fuiste grandioso a lo largo de estos años y la entrega te la agradezco, quizá sean pocos los buenos reporteros que formaste, quizá al principio luchaste por la libertad. Lo que no puedo aceptar es que no me des la oportunidad de ponerme a decir lo que siento a la persona más importante para mí…a todo mí pueblo.
Sí, me joderé tal vez solo. Mañana o pasado, ahora, quizá sienta la tristeza de las personas, pero el hecho de saber lo que quiero a tu lado  me da la seguridad de sentirme confiado de seguir con mi vida, he luchado por este compromiso y no quiero ser como los que critican y no hacen nada para provocar un cambio en el País. 
La honestidad que alcanzamos nunca me agradó, de ti recordaré que nunca arreglamos asuntos que teníamos pendientes; siento que no te dejo crecer con mi honestidad, y sé que no te dejaré crecer más con mi verdad.
Si sales con otros está bien, yo trataré de luchar en mi trinchera para despertar a todos aquellos que empleas y haces creer que eso es periodismo. Yo no soy el único ni el primero en luchar, y tú si serás destruido cuando logré sacar del letargo mediático a todos los que controlas.
Quiero alguien que quiera ir conmigo a lugares que informen, no a alguien que quiera salir con “amigos” con beneficios todos los días. 
Sé que tú nunca terminarías conmigo porque crees que te necesito, la verdad es que sabes que puedo destruirte y prefieres hacerme creer que me haces superior a todo; lamentablemente no soy como todos los que sueles comprar, cuando leas está carta entenderás que no eres indispensable y cada día lucharé por un mejor periodismo.
Tú nunca me pusiste un ultimátum, esto es uno para ti.