Lo Ficticio




Michel Foucault en De Lenguaje y Literatura, menciona que lo ficticio es todo aquello que "nombran las cosas, las hace hablar y les da en el lenguaje a su ser compartido", y... si alguna vez soñaron con una piscina en la caja de un camión de carga o basura, su poder soberano de lo imaginativo ocasionó estas palabras. 

En la realidad sería inaudito pensar en una piscina-camión, sin embargo a la palabra ficción, muchas veces citada por quienes intentan destruir los sueños, se le puede añadir algo de ensoñación humana. El hombre no debe abandonar el acto de la ficción, pues hay que tener claro que los pensamientos menos usuales se vuelven palpables sin temor alguno. 

Supongamos qué pasaría si en algún lugar del planeta 5 hombres intentaran relajarse en las aguas limpias de un camión, el sol, quizás sea fuerte, y el transporte colocado debajo de unos arbustos tal vez estará estacionado en el patio de uno de los seres humanos que nadarán tranquilamente. 

En el mejor de los escenarios los hombres lucirían sin pizca de pena, seguro no temerían contagiarse alguna enfermedad -porque fueron tan precavidos en su sueño- que colocaron una lona gris en el volumen de la caja para poder vaciar el elemento de la vida. Ellos simplemente se relajarían después de una jornada larga de trabajo, quizá hasta puede que sean latinos o mexicanos. 

Lo ficticio puede sonar tal como dice Foucault, a un término de psicología (imaginación, fantasía, ensoñación, invención, etc.). Para estos hombres relajados, su piscina, o escenario, simplemente tendrá el aire de pertenecer a una de las dos dinastías supremas de su existencia: lo Real y lo Irreal. 

Su realidad se basaría en pasar desapercibidos, totalmente relajados, platicarían como si su irrealidad no existiera. Habrá incluso alguno que esperará su turno dentro de la piscina en el toldo del camión, quien por miedo a lo ficticio tal vez creará una especie de alejamiento propio del lenguaje de la imagen visual ―"un alejamiento que tiene en él su lugar, pero que, además, lo expone, lo dispersa, lo parte de nuevo y lo abre", es decir, él no pertenecerá todavía a ese mundo y por su mente pasará la pregunta: "¿podré hacerlo?".

Estoy seguro que en este mundo de lo Real, a los vecinos no les interesará el escenario, incluso existirán celos al no estar arriba disfrutando del clima encantador. Para el vecindario, al igual que para los nadadores no habrá ficción en su mundo Irreal, porque su existencia estará a una distancia palpable de su mundo material.

El camión color ladrillo sería la luz de un escenario perfecto en el que el mundo soñado no se superpondría en nada a su inaccesibilidad, la piscina se convertiría de facto en el simulacro en que se dará únicamente su presencia para poder funcionar como espacio de paz para quienes la usan. Será el futuro escape perfecto de la Realidad que dará paso al lugar ideal para olvidar la  distancia que los separará de su existencia social. 

Seguramente ellos como nadadores se mantendrían al margen de sus historias, nunca adelantándose a su ficción. Es posible entonces atravesar cualquier prosa y cualquier poesía, cualquier novela y cualquier reflexión, indiferentemente si la mente lo permite.  Y la piscina-camión dejará claro que "el lenguaje de la ficción se inserta en el lenguaje ya dicho, en un murmullo que nunca ha comenzado".

Quizá no tengamos que suponer que sea ficticia nuestra imagen mental, porque como en todo sueño ya alguien lo soñó y creó la ilusión palpable.


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1

La siguiente imagen tiene representaciones verosímiles de los mexicanos, y como tal, el contexto presente, permite que sea aplicable la desmitificación del morbo y la burla como acto creativo.


Seguramente el hombre mexicano tiende a recordar sus momentos de felicidad en lo que considera la mejor etapa de su vida, para algunos, la Secundaria, para otros la Preparatoria y para los "intelectuales" la Universidad. Ahora bien cada recuerdo que hace feliz a un individuo basándome en la imagen presentada, nos enseña en la frase "los mexicanos son un desmadre", la monstruosidad del personaje malo, que no es otra cosa que un dato constante de burla generalizada y mal empleada, pero para evidenciarlo hay que introducir aquí una noción de método que será también válida para el análisis de otras parejas visuales, ya que también hay un video del que nace este análisis.

Este primer mito muestra los "Papeles de Sustitución" de estos mexicanos, esto significa que existen personajes secundarios -o mexicanos-  cuya función sólo explica lo que ven sin ver, o mejor dicho entienden como variaciones de caracteres principales visuales primarios lo primero que ven -en este caso las dos mujeres en un tubo-,  los cuales “llevan”, por así decirlo, el escenario principal de una trama que tiene como finalidad la diversión. 

En este punto es dónde entra lo que Umberto Eco llamaría la monstruosidad del (personaje) malo, que en el fondo del asunto nos permite reconocer a individuos que parten del morbo y la burla porque nunca entendieron el poder de su propia Comunicación Política, y sólo sirven para formar parte de una ideología maniquea.

La Retórica de estos mexicanos y muchos como ellos, es entendida aquí en el sentido de los endoxa, es decir, sobre las cosas, que piensan la mayoría de la gente. En el ejemplo mencionado una burla basada a un Presidente, un actor de televisión recordado por la “Maldita Lisiada”, la típica señora fiestera descuidada y el norteño con aura de narcotraficante que nunca falta.

Si se preguntan si es original la forma de mostrar la imagen, puede decirse que no, porque no parte de ningún arte de persuadir a un receptor, sino simplemente cumple la función de destrozar al mexicano por medio de la imagen, para provocar  razonamientos creíbles sobre su ignorancia.

En la realidad Institucional los que hacen política  recurren a los atractivos más universales y más seguros para jugar con elementos arquetípicos probados las fábulas tradicionales, y en México podemos ver que el contenido mediático que se muestra es una copia de esta imagen.

La imagen permite ver que los mexicanos no son un desmadre, son personajes malos consumidos en apólogos satíricos.


2

La imagen anterior nace de un video, sus situaciones de juego no se basan en actos y escenarios Políticos,  pero caen en ellos, si observamos el primer individuo que aparece sorprendido es Enrique Peña Nieto, Presidente de México. Quizá sea banal la frase "los mexicanos somos un desmadre", pero la  intriga de Peña como “partido” no lo es. Claramente refiere al PRI.



Las parejas de oposición imagen-video aparecen como elementos de una combinatoria con reglas bastante elementales. En la reproducción de las escenas se puede apreciar una “reta” entre dos mujeres para ver quién es mejor bailarina de tubo, pero, si nos limitamos solamente a verlo como una “reta” se pierde el sentido del elemento visual.

Uno se pregunta cómo es posible saber la mecánica tan rígida para definir una ganadora, sin embargo al verlo podemos referir que las acrobacias que realizan son compatibles con la búsqueda de sensaciones y de sorpresas imprevisibles. Los gestos y movimientos buscan no sólo ser sorprendentes sino mostrar con qué facilidad se puede uno divertir.

El video es parte de esa realidad que caracteriza a la novela policíaca, de investigación o de acción, pues no es tanto la variación de los hechos como el regreso de un esquema habitual en el cual el que ve, puede reconocer algo que vio, y que le gustó una y otra vez. 

Al reproducir el video se muestra el aspecto de una máquina productora de información, su historia es un contrario, es decir, es la redundancia de movimientos y gestos que cautivan a quien ve; las dos protagonistas no simulan conmover a quienes vean el contenido, lo hunden en una especie de pereza de imaginación que les brinda la evasión de lo narrado, les dan esperanza a quienes las veas, y ellas  no ignoran lo que hacen, dan muestra de lo que ya conocen para divertirse.

Umberto Eco podría compararlo con una novela de Fleming o con un partido de fútbol, puesto que el video conoce desde el principio el ambiente, el número y la personalidad de los jugadores, las reglas del juego, el hecho de que en todo caso se jugará sobre un terreno con pasto (…) 

3

Les dejó un link más en el que los instrumentos son representativos de estructuras narrativas y que trabajan sobre contenidos evidentes que no aspiran a declaraciones ideológicas particulares. 

Las escenas contienen estructuras de paso, inevitablemente, posiciones ideológicas y que no derivan tanto de los contenidos que se ven a primera vista, sino de la manera de estructurar los contenidos en la narración. La bailarina intenta crear arte a partir de su esencia como mujer. 









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El Intocable


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