IMAGINAR



3 de agosto de 2011
El paradigma de la imaginación es un mero relieve del pensamiento, Borges escribió en un cuento de Ficciones –no lo menciono porque los lectores deben leer el libro-  que pensar es generalizar, por lo tanto no vale la pena pensar si no se crean diversas conclusiones sobre un posible tópico. Cuando imaginamos creemos estar reflejando nuestra realidad. El momento en el que cierras los ojos, casi siempre está presente en la palabra imaginar. El sentir que la realidad es posible en tu mente te libera. Los poderes de lo creativo se mezclan con tus utopías. Hasta los sueños parecen precogniciones de un futuro-presente inmediato.
Múltiple es el  ser humano, multifacético es su carácter. La divergencia entre lo múltiple y lo imaginario pareciera ser un hecho de realidades distintas, sin embargo, si existen “múltiples realidades” –repito múltiple por mero tecnicismo- deberíamos buscar la que se adapta más a nuestras necesidades. Es decir, cuando imaginamos creamos un nuevo universo que nos permite ser quien realmente queremos ser, esa realidad inmediata que creamos la anhelamos, de esa manera si podemos realizar todo lo imposible en posible dentro de la imaginación, significa que en nuestra vida diaria podemos realizarlo.